Poemas del atrapasueños
Te tejeré un atrapasueños, tan frágil como una telaraña, con un amuleto hecho de plumas de sabios búhos y guijarros de arena y arcilla.
Te tejeré un atrapasueños, a través de la emoción y el asombro pondré muchas palabras, una canción, un verso, un balbuceo descuidado.
Te tejeré un atrapasueños, uno muy bien conocido, sin constelaciones ni nubes, tan solo sereno e innato a ti.
Te tejeré un atrapasueños, tejeré en él la clave de la felicidad, una comprensión de nociones a través de los movimientos de la muñeca de mi mano.
Te tejeré un atrapasueños, centrándome en los caminos, en el calor que proviene de las casas y en el hecho de que olvido las preocupaciones.
Te tejeré un atrapasueños, con madera de un viejo tilo ya florecido desde épocas antiguas y que ha absorbido toda clase de oraciones.
Te tejeré un atrapasueños, donde fluyen el Yenisei y el Volga, muchos miles de pasos dados, rebosantes de sentido del deber.
Te tejeré un cazador de sueños, mis manos temblaran débilmente, recordando todos los colores del bosque, aunque aquello es poco.
Te tejeré un cazador de sueños, demasiado cercano y querido, para que sea como una brújula de todos los polos que te lleve directamente a casa.
Te tejeré un cazador de sueños, no como un regalo o presente, sino un compañero que viaja con el sonido del mar desde todos los lados para protegerte de las pesadillas.
Te tejeré un cazador de sueños para que sepas que yo también te extraño.
Te tejeré un atrapasueños …
Es insoslayable.
Lo prometo.
Autor desconocido.
Poema corto del atrapasueños por Ira Weiner
Hice una telaraña de una araña hábil
En el rincón oscuro sobre mi cama
Y ella como una vieja amiga cariñosa
Extiende con destreza su aro salvavidas
Y va recogiendo con su red
Pensamientos de miedo y maldiciones no deseadas.
Y desde entonces, desde esa feliz primavera
Empecé a tener buenos sueños
Buenos sueños, con brillos y adornos
A la hora cuando los rayos del sol son tan rojos
Un cuchillo de fuego me atraviesa
Y ese terror arroja un temblor involuntario.
Tal vez no en vano desde los siglos más antiguos el encuentro con arañas a menudo nos asusta en la naturaleza de las pasiones. En el laberinto de los pecados atrapan en medio de pensamientos y sueños el tamiz de tus miedos más secretos.