Una historia de atrapasueños entre continentes mas de 15 años

Diseñadora rusa en Colombia Valeria Illiashenko

Hola,
Soy Valeria Illiashenko, nacida en mi querida Khabarovsk, Rusia. Desde muy joven la creatividad me acompañó, quizá porque en mi infancia no existía una gran oferta de juguetes y accesorios como ahora. Gracias a mi abuela Tamara y a mi mamá Tatiana aprendí a crearlos con mis propias manos.

La historia de mis atrapasueños comenzó en mis años escolares con una película muy conocida: Crepúsculo. Quería tener el mismo dreamcatcher que Bella Swan, pero en ese entonces comprar por Internet no era común y, como colegiala, no tenía dinero. Así que decidí hacer uno con lo que encontraba en casa: un aro de un brazalete viejo, hilos para tejer y bordar, cuentas y piedras. Para mis 16 años, creo que no quedó tan mal. Tú misma podrás juzgarlo en la foto 🙃.

Imagen de mi primer atrapasueños blanco con plumas y cuentas azules
Primer atrapasueños a los 16 años

Mi primeros atrapasueños los hice para mi familia y amigos. En Rusia este tipo de artesanías es muy apreciado, aunque al principio tuve muchas dificultades: los materiales eran costosos, había poca oferta de plumas, los hilos del tejido se rompían, la simetría no siempre quedaba bien y aún no encontraba mi estilo. Aun así, me daba una alegría inmensa crear algo con mis manos. Confieso que hoy me da un poco de vergüenza haber regalado esos primeros modelos tan imperfectos.

Con los años fui mejorando, desarrollé nuevas ideas y decidí abrir un grupo en VKontakte el 15 de noviembre de 2014.

Mi primer logotipo y colección

Mi primer logotipo de atrapasueños
Conservo con cariño aquel primer logotipo porque representa el inicio de esta aventura.

Mi primer logotipo era sencillo: una lechuza en blanco y negro, uno de mis animales favoritos. Justo antes de Año Nuevo lancé mi primera colección y poco a poco comenzaron a llegar pedidos para cumpleaños, autos (como mi famoso atrapasueños SUBARU), regalos para bebés, abuelas, San Valentín, el 8 de marzo o celebraciones tradicionales en Rusia (еl Día de la Armada).

También recuerdo con orgullo un atrapasueños que doné para recaudar fondos para el tratamiento de un niño con cáncer.

De Rusia a Turquía

Mi historia continuó durante mis estudios y trabajo en Turquía, donde comencé a crear modelos para amigos de distintos países. Con el tiempo, mis atrapasueños llegaron a lugares como España, Alemania, Hungría, Turquía, Afganistán, Indonesia, Yemen, Palestina, Sudán, Turkmenistán, Azerbaiyán, Túnez, Argelia, Siria, Colombia, Chile, Brasil, Uruguay, Transnistria, entre muchos otros.

El paso a seguir fue la apertura de una fanpage de VALAMUR en Instagram y Facebook el 1 de noviembre de 2017 y una tienda online en la plataforma turca Miamano, gracias a la cual mis diseños llegaron a todos los rincones de Turquía.

El nuevo comienzo en Colombia

En 2020, en plena pandemia, mi vida dio un giro inesperado: me mudé a Colombia, un país que ahora siento tan cercano como mi tierra natal. En esos meses de cambios, mi esposo Jhon creó este sitio web, un regalo que marcó un nuevo capítulo para mi proyecto.

Mi creatividad floreció aún más. Además de atrapasueños, comencé a crear broches bordados a mano, incluyendo piezas personalizadas basadas en las mascotas de las personas. A partir de fotografías bordaba perros y gatos queridos, convirtiéndolos en pequeños retratos llenos de vida.

También empecé a vender materiales para artesanías: plumas, hilos, aros de madera y otros insumos para que más personas pudieran crear.
Cada año mi negocio creció, llegaron pedidos más grandes e interesantes, y dos revistas de Estados Unidos publicaron artículos sobre mi trabajo, algo que jamás imaginé:

Un desafío inolvidable en el 2025

En el 2025, estando en mi séptimo mes de embarazo, recibí uno de los encargos más grandes de mi vida: 254 atrapasueños con el logotipo de Johnnie Walker, que debían estar listos en una semana para decorar una de las calles más históricas y hermosas de Cartagena.

Era un reto inmenso, pero no estaba sola. Gracias al apoyo de una gran comunidad de amigos, que se unió sin dudar, logramos terminar cada pieza a tiempo. Ver mis atrapasueños colgando en esa calle emblemática, moviéndose con la brisa caribeña, fue un momento mágico y profundamente significativo.

¡Gracias a todos!