Leyenda del origen de los atrapasueños
La leyenda sobre el origen del atrapasueños es una historia fascinante, llena de culturas de la fría Siberia Rusa y de las tribus de los pueblos aborígenes en Norteamérica. ¡Acompáñame en este viaje en el tiempo!
La vida de una persona moderna está llena de símbolos, talismanes y amuletos. Muchas personas tienen un ratón de plata en su billetera o en el alféizar de la ventana ponen un sapo con una moneda en la boca, le frotan el estómago a Buda por dinero o hay quien guarda una piedra especial para que le traiga buena suerte, etc. Un talismán, con el poder mágico en el que la persona cree, puede estar dirigido a cualquier cosa: atraer buena suerte, obtener bienestar financiero o el amor, dar a luz a niños varones o a niñas mujeres, etc. Muchos de los amuletos pueden dar fuerza, tranquilidad e incluso buenos sueños.
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Atrapasueños pequeño negro y blanco El Barco$100.000
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Atrapasueños verde y negro El Bosque$150.000
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Atrapasueños negro y azul oscuro Árbol de Noche$150.000 – $175.000
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Naturalmente, una persona deseará buenos sueños, porque pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo, y por supuesto, queremos que ese momento se convierta en lo que debería ser: relajación para el cuerpo y la mente. Pero esto no siempre sucede, hay a quienes les agobia el insomnio o se ven atormentados por sueños sombríos y perturbadores.
Para resolver estos problemas, en lugar de tomar pastillas para dormir y sedantes, nuestros antepasados tenían otra solución: un atrapasueños, también conocido como cazador de sueños, dreamcatcher, atrapador de sueños, etc.
¿Cuál es el origen de los atrapasueños? ¿Cuándo, dónde y cómo se creó el primer atrapasueños?
En este artículo intentaré abrir la puerta de las respuestas a todas estas preguntas. Muchos creen que el cazador de sueños nos llegó como herencia desde la civilización extinguida de los aborígenes norteamericanos. Sin embargo, esta afirmación no es del todo cierta. El cazador de sueños o trampa para los espíritus de los sueños, nos llegó a través de prácticas mágicas, no solo de la población indígena del Nuevo Mundo, sino también de los nativos de Siberia y el Lejano Oriente. Hay muchas leyendas y mitos que abren el telón sobre la historia del primer dreamcatcher. Vamos a analizarlas detalladamente:
Leyenda del atrapasueños del pueblo Lakota
La primera leyenda es la más famosa y pertenece a la tribu Lakota. En ella se relata que, en una ocasión, los espíritus malignos atacaron a la tribu y engendraron el mal en las almas de las personas. Posteriormente, el más anciano de la tribu tuvo una visión: en lo alto de las montañas, ante él, disfrazado de araña apareció Iktomi, el gran chamán y maestro de la sabiduría. Iktomi tomó el aro de sauce del anciano, que estaba decorado con crin de caballo, plumas de ave con cuentas y abalorios, y dejando un agujero en el centro tejió una red.
El círculo o aro de sauce simboliza la vida desde la niñez hasta la vejez. Iktomi, continuó tejiendo la red mientras le decía que en cada momento de nuestra vida nos íbamos a encontrar con fuerzas y energías que podían perjudicarnos o, por el contrario, ayudarnos. “Si escuchas a las buenas fuerzas, ábreles tu corazón, estarán felices de ayudarte a ir en la dirección correcta. Pero si tu elección resulta ser incorrecta, entonces puedes caer en una trampa y sufrir” le aconsejó al anciano.
Finalmente, Iktomi aseguró que un círculo perfecto de telarañas con un agujero en el centro ayudaría a toda la tribu Lakota. De tal modo, los buenos pensamientos pasarían por el centro hacia la persona, y los malos pensamientos se enredarían en la red y desaparecerían con el amanecer.
Por la mañana, el anciano se reunió con la tribu y habló sobre su visión. Luego, en cada casa, las personas siguiendo los consejos de Iktomi y el anciano pusieron un atrapasueños sobre su cama.
De dónde son los atrapasueños según la tribu Ojibwa
La leyenda del atrapasueños Ojibwa cuenta que hace mucho tiempo el pueblo Ojibwe vivía en la Isla Tortuga (así llamaban a América algunos aborígenes). En ese entonces, la mujer araña o diosa Asibikaashi cuidaba de sus hijos: la gente de la tierra. Sobre las cunas de los recién nacidos se inclinaba y creaba una red invisible que podía atrapar cualquier pesadilla y alejarla. Nada malo podría pasarle a una persona si Asibikaashi estaba cerca. Todos los espíritus malignos se quedaban atrapados en su red hasta el amanecer cuando los rayos del sol de la mañana los echaban.
Miembro de la tribu Ojibwa y diosa Asibikaashi.
Pero cuando el pueblo Ojibwe se desplazó a las cuatro esquinas de América del Norte, a la diosa le resultó difícil viajar a cada cuna y por ello decidió enseñarles a las mujeres a tejer telarañas mágicas, para cuidar a los niños pequeños, con ramas de sauce y tendones de animales o fibras de plantas.
La forma redonda del dreamcatcher simbolizaba el viaje diario del sol y la luna por el cielo y su sucesión. Los ocho puntos de conexión del círculo y la red representaban las ocho patas de la araña, una pluma atada al borde inferior del atrapasueños simbolizaban el elemento aire, el principal en la cultura de la tribu. La red atrapaba las pesadillas y los buenos sueños pasaban por el centro.
Por cierto, la rama de sauce se usó por una razón; los atrapasueños no estaban destinadas a ser eternos. Cuando las ramas de sauce se secaban y el cazador de sueños se rompía bajo la tensión de los hilos, se creía que una etapa de la vida humana de su poseedor había acabado.
Leyenda de la protección de la araña
Esta leyenda del atrapasueños es muy similar a la anterior, solo que aquí el maestro no es Asibikaashi, sino una araña común, a la que una mujer salvó de la picardía su nieto.
Dice la leyenda que la araña había tejido pacíficamente su telaraña en la esquina de un lado de la cama de la Nokomis (del idioma nativo americano – abuela). Un día la Nokomis estaba mirando la araña y de un momento a otro vino su nieto, quien gritó al verla y corrió a matarla.
– “No. ¡No la toques! ” La anciana le dijo en voz baja.
– “Nokomis, ¿por qué estás protegiendo a la araña?” le preguntó el niño pequeño.
La anciana sonrió, pero no respondió. El niño se fue, y la araña bajó hasta la Nokomis y le agradeció por haberle salvado la vida. Le dijo: “Durante muchos días me viste tejer mi red. Sé que admiraste mi trabajo y por salvarme la vida, te daré un regalo” y le dio a la mujer un amuleto: un atrapasueños, para que la protegiera de los malos sueños y los malos pensamientos que los extraños tal vez pudieran traer a su casa.
Desde ese momento se cree que no se deben matar a las arañas en una casa.
Historia del origen del atrapasueños del sol perdido
Según esta leyenda del atrapasueños, día tras día los habitantes de América del Norte se fueron multiplicando más y más y poco a poco sus pensamientos y deseos se sumieron en la oscuridad. Todos los días, el sol, observando su transformación, se desilusionaba cada vez más con la gente. Y así, llegó el día en que el sol simplemente no se elevaba hacia el cielo y no quería ni siquiera dirigir la mirada desde el horizonte, para no ver todas las obras malas de la gente que amaba. Entonces el chamán de una de las tribus escaló la montaña y se volvió hacia la diosa araña más fuerte. Le rogó que ayudara a las tribus, que les quitara los malos pensamientos y llevara el sol de regreso al cielo. La araña era una diosa sabia, así que ella estuvo de acuerdo.
Frente al horizonte por donde sale el sol, tejió un conjunto especial de redes para atrapar un pedazo de luz solar justo antes del amanecer. La diosa, además, ordenó a todas las tribus aborígenes hacer atrapasueños con varas de sauce y telarañas en el centro para que cada mañana capturaran más y más luz solar, así un día atraparían tanto que podrían estirar el sol hacia el cielo.
Diosa araña tejiendo su red.
Tiempo después regresó el sol, pero las tribus no se deshicieron de los atrapasueños y los dejaron para sacar los malos pensamientos de las personas y recordarles lo que sucedería si volvían a hacer el mal.
Los atrapasueños según el rito del chamán
Los pueblos indígenas de Siberia tenían un chamanismo altamente desarrollado y una conexión con el otro mundo. El cazador de sueños tenía un significado sagrado y se usaba activamente en la práctica chamánica. Además, según estos pueblos los dreamcatchers o atrapadores de sueños no separaban los sueños en buenos o malos, sino que atrapaban todos los espíritus y los retenían hasta la noche cuando el chamán se dormía, entonces los espíritus eran liberados y caían en sus sueños. Gracias a eso, los sueños se volvían dinámicos y vívidos, y muy a menudo también bastante crueles. La tarea del chamán era derrotar a los espíritus malignos, por lo que una persona no preparada no podía realizar tal ritual. Asimismo, los atrapasueños hacían posible ver el futuro para obtener consejos en diversas situaciones que ayudaban a tomar decisiones importantes para toda la tribu.